Desde aquí puedes...
Paraíso Botánico

Paraíso Botánico

Flora de Albacete

La variedad botánica presente en Albacete producto de diferentes condiciones de clima, altitud, relieve y tipo de suelo puede sintetizarse en cinco espacios botánicos:
La comarca de la Mancha, en su centro geográfico, caracterizada por la escasez de precipitaciones, clima mediterráneo continental con condiciones extremas suelos calizos. La vegetación propia de estas condiciones son los encinares que a abarcan la mayor parte del territorio albacetense aunque con el paso de los tiempos en su inmensa mayoría, esos encinares se han transformado en cultivos cerealistas, viñas y matorrales bajos como tomillares, espartizales, romerales y chaparrales ricos en plantas aromáticas.
La provincia en su cuadrante sudoccidental provincial, está ocupado por las Sierras del Segura y Alcaraz se caracteriza por elevadas precipitaciones, suelos predominantemente calizos, una mayor altitud y una orografía accidentada donde tienes gran importancia la orientación de laderas y valles. En esta área encontramos excelentes representaciones de vegetación de montaña como matorrales de altura, frondosos pinares, robledales, avellanares, sabinares y acebedas así como endemismos singulares como la Coincya rupestris y la Grasilla, una planta carnívora que se asienta perfectamente sobre las húmedas y verticales paredes rocosas.
Del bosque mediterráneo levantino, también hallamos su representación en el territorio albaceteño en los vallejos y barrancos del levante provincial, donde los brezos, pebrella o el fresno de flor aportan un matiz diferenciador de las tierras más continentales, ya que esta vegetación levantina se caracteriza por desarrollarse en climas menos rigurosos y con precipitaciones moderadas.

Por último, en parte de la comarca de Hellín aparece la vegetación murciano-almeriense, propia de las provincias biogeográficas del mismo nombre y caracterizada por numerosos endemismos y especies singulares adaptadas a la baja altitud y aridez propia de esta área biogeográfica.

Además de estos tipos de vegetación originados por el tipo de suelo y a los condicionantes climáticos, existe una rica flora asociada a las riberas de los ríos y a los humedales, que no depende de las precipitaciones sino de la humedad aportada por los cursos y láminas de agua. En las riberas de los ríos se desarrolla sobre suelos de aluvión, arenosos y bien aireados, el bosque de ribera o de galería, manifestado en forma de alamedas, saucedas y fresnedas, etc... mientras que en los suelos mal aireados del margen de lagunas y humedales encontramos un cinturón de vegetación lacustre dominado por vegetales con rizomas especialmente adaptados a los condiciones peculiares de este ambiente como carrizos, masiega, espadañas o juncos.



  • Imagen 1
  • Imagen 2